Cenicienta Anal
- por Kandu
- 9 feb 2016
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 18 dic 2024

Todos los comités de ventas son una real mamera, informe tras informe, balances, cuadros de Excel, bla, bla, bla, y ahí estaba yo, escuchando sin oír lo que decía uno de mis compañeros expositores, solo veía mi reloj y pensaba a que hora terminaría esta larga reunión, en ese momento sentí como alguien se acercaba a mi oído para decirme:
-ya casi es hora de almorzar, te vas a quedar?
Era la voz de Mauricio, mi jefe.
Enseguida le escribí en un papel: ¿estoy que me duermo, a qué hora terminaremos?
Mauricio me señalo con su mano que en 5 minutos terminábamos, lo que en efecto ocurrió.
Normalmente nos reuníamos a almorzar los de siempre, pero ese día solo nos quedamos Mauricio, Diego y yo. Después de almorzar salimos a unas de las terrazas fumarnos un tinto y a reírnos de los compañeros como lo hacíamos usualmente. Mauricio es conocido por ser un hombre de comentarios pasados de tono a lo que yo ya estaba a acostumbrada, aunque en algunas ocasiones me sonrojaba con los comentarios más extremos.
La conversación que empezó con burlas a compañeros, prontamente se tornó sexual, Diego empezó a comentar sobre el culo de las compañeras y con cuales se acostaría, así siguió la charla hasta que Mauricio me pregunto:
-Mónica, tu marido debe ser un afortunado
+por qué?
-es que con ese señor don culo que tienes, tu marido debe vivir agradecido, el sexo anal contigo debe ser a otro nivel, es que cuando caminas por los pasillos me dejas embobado viendo como meneas ese culote!
En ese momento sentí que la cara se me puso roja y caliente por los comentarios.
Como soy de piel blanca, mi pena se hizo más notoria, a lo que Mauricio aprovecho para seguir haciendo sus comentarios pasados mientras Diego solo reía a carcajadas.
En ese momento sentí que no aguantaba más y mi única reacción fue decirle:
-todo es sexo contigo, Madura!
Apagué el cigarrillo y me fui para mi oficina. Por el camino pensaba en las palabras de mi jefe, y tenía razón, mi cola es muy bonita y siempre siento que por donde paso los hombres y algunas mujeres voltean a verla. Pero lo que más sensación causo en mi interior fue darme cuenta que nunca había tenido sexo anal con ninguno de mis exnovios ni con mi esposo.
De hecho, en varias oportunidades mis parejas me lo propusieron pero por miedo o tal vez por tabú nunca accedí.
La tarde en la oficina hubiese continuado de manera normal de no ser por un pequeño detalle:
Tuve que ir a la oficina de mi jefe a
Conciliar algunas cuentas que estaban pendientes, cuando entre me sentí pena por las cosas que le dije en la azotea, al final de cuentas él era mi jefe, pero al entrar el me miro con total naturalidad y con una gran sonrisa me dijo:
-ya se le paso la rabieta a las nalgas más bonitas de esta empresa?
Se levantó de su silla y me pregunto entonces en un tono muy bajo y frentero que si sabía que era sexo anal.
yo le conteste con mi cabeza que no (haciéndome la loca para evitar entrar en comentarios), no podía hablar si hablaba se daría cuenta que estaba muy agitada, así que el sonrió y me dijo:
-Mónica con ese trasero y tu marido no te lo ha hecho?
Entonces mi curiosidad y mi deseo aumentaron lo mismo que mi agitación. al darse cuenta de mi estado me miro y me dijo:
-entonces por ser tu amigo yo te enseñare de lo que te pierdes y tú le enseñaras a tu esposo. luego me darás las gracias por iniciarte en el mundo anal.
yo estaba entre caliente y asustada y mientras él me hablaba sentí que me tomo de una mano y empezó a llevarme a pasos lentos hacia el baño privado de su oficina. Algo dentro de mi sabia que era lo que iba a suceder, por el estado de arrechera en el que estaba, y por la situación, permití que me llevara poco a poco hacia el matadero.
Estando en el baño sentí que sudaban mis manos, el corazón se me iba a salir de lo rápido que latía, intenté controlar mis nervios y mantener la compostura, pero de un momento a oro senti cuando sus labios rozaron mi oreja mientas me decía:
-Mónica esto nadie lo sabrá te lo prometo yo solo te hare hasta donde tú lo permitas solo será un favor especial para mi amiga ya que veo tu deseo.
En se momento supe que estaba perdida, que no había vuelta de hoja, ya no lo veía como a mi jefe, solo miraba su boca jugosa que me hablaba y lo bese de una forma excitante que cuando me di cuenta su lengua estaba enredada en la mía y sus manos en mis senos sobre la blusa de seda sin tocar mi piel.
de un momento a otro sentí su mano debajo de mi falda tocando mi tanga, ese momento era tan excitante, y esa atmosfera de miedo que rondaba porque tal vez nos podían descubrir, pero también el deseo de sentir lo que esas manos me ofrecían y sin darme cuenta me levanto del suelo recostándome más a la pared así que tuve que sujetarme de sus brazos, en ese momento sentí sus músculos que eran grandes y muy fuertes.
sentí su cuerpo frente al mío,, él me hablaba diciéndome las cosas más sucias, cochinas y deliciosas que nunca antes había escuchado, solo pensaba que estaba mal lo que estaba haciendo pero mi cuerpo no obedecía y cuando menos pensé tenía la falda recogida y mis piernas sobre sus hombros, mi vagina en su cara, desde arriba vi como corrió mi tanga y empezó a lamerla con desesperación, en ese momento ya no pude resistirme y todos los pensamientos de negación que tenía pasaron a un último plano y simplemente ya estaba deseando todo lo que mi jefe me quería hacer.
En el momento que se dio cuenta que estaba a punto de llegar me bajó y me pulso de espaldas agachándome sobre el sanitario, diciéndome:
-ya estás bien caliente ahora si puedes sentir lo que te voy a enseñar…
levanto nuevamente la falda y empezó a bajar mi tanga. ¡NO lo podía creer! estaba teniendo sexo en la oficina con mi jefe y lo deseaba. Mientras allá afuera se escuchaba la voz de mis compañeros que reían seguramente por alguno de los chistes que diego siempre contaba.
Mientras esto ocurría, di cuenta que Mauricio se ponía el condón, no sé ni de donde lo saco, luego tomo su pene enguantado y lo baño con el jabón líquido, y sonriendo me dijo:
-Lo mejor es el aceite pero que esto servirá
, después sentí otro dedo en el ano me sentí incomoda y trate de zafarme pero él me detuvo y me hablo al oído diciéndome que sintiera que solo me relajara y que me masturbara sin sacarme los dedos de la vagina, en ese punto estaba demasiado caliente, me sentía desesperada, quería que me lo metiera todo. cuando se dio cuenta me dijo agáchate más, al hacerlo saco sus dedos y abrió con sus manos mi trasero luego dijo tienes un culo hermoso tal como lo imagine y me penetro lentamente, sentí como una puñalada y el deseo se me fue; solo quería que lo sacara, me sostuvo con la mano en el cuello para que no me levantara y se quedó quieto solo decía:
-shhhhh tranquila, relájate, espera un momento para que se acostumbre esta es tu primera vez después sentirás placer
No podía creer lo que escuchaba, estaba loco, cual placer solo quería que me lo sacra, pero luego empezó a moverse, sentía como su verga entraba y salía despacio; mientras acariciaba mis senos sobre la blusa estimulando mis pezones que sobresalían de mi sostén… ahí sentí el placer, ese que me había prometido; no podía creerlo estaba tocando las nubes y no era mi marido el que me estaba llevando.
Sentía su jadeo y sus gemidos al oído mientras me decía:
-Mónica eres tan caliente, me encantas gracias por dejarme enseñarte
Después de eso ya no pude más y me corrí, mientras sentía como el también se venía; fue delicioso sentir su semen caliente dentro de mi culo.
Saco su pene flácido y mientras quitaba el condón me dio un pequeño beso cálido… Me quede en silencio mientras me arreglaba la falda, me tomo en sus brazos mientras salíamos del baño y me sentó frente al escritorio, no podía mirarlo estaba muy cansada y con mucha vergüenza. Regreso al baño y me trajo mis tangas luego se acercó a mi y me dijo:
-estas bien?
No, le respondí.
Tome mis tangas, las metí al bolsillo de la falda, me acomode el cabello, el sostén y salí como alma que lleva el diablo al estilo cenicienta.
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