Perdiendo Mi Segunda Virginidad
- Por Kandu
- 10 feb 2016
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 18 dic 2024

Mi vida sexual de casada se tornó monótona con los años, culiabamos no por placer sino por compromiso, y esto había que sumarle el machismo de mi esposo que no permitía abrirnos a nuevas experiencias. Básicamente la fuente de la lívido en mi interior se había secado por el verano sexual por el cual atravesaba…
Llegó el momento en que en nuestra relación todo se fue al diablo y decidimos separarnos, por un momento llegue a pensar que mi vida sexual cambiaria también, pero tras un año de separación las cosas no habían cambiado mucho, la masturbación no la practicaba, desconocía el placer que me podía generar explorar mi cuerpo, solo me refugiaba e uno que otro pensamiento obsceno pero que nunca pasaba a mayores.
Hasta que llego el día en que todo iba a cambiar… por esa época empecé a salir con Sebastián, decidí darme la oportunidad con él, pero la verdad me sentía incomoda, algo así como lo que se siente cuando empiezas a conocer el amor en la adolescencia.
Sebastián me tenía mucha paciencia, los dos rondábamos los 30 años y a esa edad todos sabemos a qué es lo que vamos cuando los besos se dan con lengua, pues bien, siempre que ocurría eso yo lo rechazaba por físico miedo y por qué estúpidamente algo en mi me decía q no debía hacerlo, era algo así como si le estuviese fallando a mi ex esposo.
Así se fue un año de relación en donde solo era cogida de mano y uno que otro beso, porque no permitía que pasaran muchas cosas, pero por esa estupidez empecé a sentir que Sebastián ya se estaba cansando, y no era para menos.
Un fin de semana nos invitaron unos amigos a Girardot, allá nos íbamos a quedar en un centro vacacional; al principio no estaba tan animada por que sabía que no iba a tener mi zona de confort, además que todo estaba calculado para que cada pareja durmiera sola por habitación.
Después de muchas batallas mentales decidí ir, así que aliste todo lo necesario para el viaje y también me aliste para mi primer noche de sexo después de mi separación, porque sabía que eso iba a ser algo inevitable.
Ya instalados en el hotel, Sebastián noto que me sentía algo incomoda, pero me dijo que no me preocupara que… (no lo deje terminar de hablar y le dije)
-Esta noche quiero hacer el amor contigo
Sebastián se atoro con el vaso de agua que se estaba tomando, no podía creer lo que estaba escuchando.
-perdóname si he sido inmadura todo este tiempo contigo, pero hoy siento que ya estoy lista para dar ese paso contigo.
El me abrazo, me beso y me dijo que no había problema, que me había esperado todo este tiempo con mucho amor.
El día trascurrió normal, piscina, cerveza, juegos, etc. Ya en la noche nos enrumbamos, el ambiente estaba del putas, por el calor el aguardientico baja suavecito, mientras bailábamos sentí que a Sebastián se le ponía la verga dura, me sentí muy deseada, porque esa erección era por mí. Así que disimuladamente bajé mi mano hasta su pantalón y empecé a acariciársela mientras le decía al oído:
-esta noche quiero que me la metas toda!
Sebastián solo se reía y me decía, que no era la Carolina que él conocía.
La noche continuo, y el licor empezó a cumplir con su deber, me empecé a sentir prenda y a desinhibirme, era consiente de todo lo que hacía y decía, los amigos con los que estábamos todos andaban en su cuento, así que el manosearnos no era ningún problema, cada vez que el me tocaba sentía como mis pezones se hinchaban de placer, cada beso con lengua tenia línea directa con mi clítoris, sentía como me mojaba poco a poco, hasta que ya no aguanté más y le dije:
-sebas, vámonos para la habitación, quiero estar contigo.
Nos despedimos rápidamente, escuchando como en medio de risas nos decían nuestros amigos:
-nos llevan en el primero
-sin preservativo ni pio
-duro con eso carolina
La demora fue cerrar la puerta de la habitación, para que comenzara la corraleja sexual, este hombre se transformó, con las dos manos me rompió la camisa de tiritas que llevaba, rompió la suya, me levanto en sus brazos y empezó a besar mis senos, cuello y boca de una forma tan brutal que de una vez sentí que mi clítoris reacciono, poniéndose duro, mientras me mojaba de una manera absurda.
Me tiro a la cama y en medio de esa arrechera q teníamos no se en que momento me bajo el short y las tangas, supongo que me las arranco por que no sentí cuando me las bajo, lo siguiente que sentí fue su lengua en mi cuquita mojada, la movía como los dioses, mis piernas temblaban incontroladamente, intentaba contenerlas con las manos pero no podía, este hombre me estaba dando el mejor sexo oral de mi vida, de un momento otro empecé a gritar de placer, no podía evitarlo, trataba de cerrar la boca pero Sebastián se encarnizo dándome lengua que era imposible dejar de gritar, de un momento a otro paro, y vi cómo se acercaba mientras veía toda su cara mojada de mí, eso me puso muy perra verlo así, mi reacción fue tenderlo boca abajo mientras lamia toda su cara, me empecé a transformar diciéndole:
-hijueputa, quiero que me la rompas esta noche, que me des duro con ese chimbo rico malparido!
Mientras le decía esto iba besando su pecho, buscando llegar a esa vergota que se le marcaba por encima del jean.
¡Como pude le quite la correa y no alcance a bajarle el bóxer, cuando de un momento a otro salto esa verga hermosa, no lo podía creer, este hombre tenía una verga enorme!
Empecé a masturbarlo y a sentirla mojada en mis manos, la metí a mi boca y sentir la sensación de esa cabeza grande y caliente fue lo máximo, me la quería meter toda, pero no lo lograba, se la chupé como si fuera a ultima verga de la tierra, le trapie las guevas como queriendo arrancárselas con la lengua; Sebastián solo gemía de placer, de cuando en vez escuchaba cuando me decía:
-así perra hijueputa, chúpamela así!
Al escucharlo, mas arrecha me ponía y era como si me diera cuerda.
De un momento a otro se levantó dándomela vuelta dejándome boca arriba y me dijo:
-caro llego el momento que había estado esperando por tanto tiempo y quiero disfrutarlo al máximo!
Vi como abría mis piernas, mientras enfilaba su verga contra mi cuca, con la cabeza de la verga empezó a masturbarme, yo sentí un corrientazo de la cabeza a los pies que me hizo estremecer y retorcerme, solo le suplicaba que me la metiera, me contestaba que aún no era el momento, después de un rato de masturbarme su verga sentí como empezó a metérmela muy despacio.
Como era tan gruesa, sentí como si perdiera mi virginidad, era un dolor acompañado de placer, lo metía tan despacio, que pensaba que nunca iba a terminar de meterla, mientras lo hacia me decía:
-siéntela como entra de rico, que delicia sentirte así de apretada y calientica
Cuando termino de metérmela toda, me miro a los ojos me beso y me dijo al oído:
-prepárate porque ahora si vas sentirla toda.
No termino de decírmelo cuando empezó a moverse de una manera loca, no pude contenerme y empezó a gritar de placer, sentí que esa verga me llegaba hasta el estómago, con cada metida sentía como mi clítoris creía más, las nalgas las sentía mojadas, me abría las piernas mientras me penetraba y me dice:
-mira como entra toda, así es como querías malparida?
+siiiiii hujeputa, si así, dame duro malparido, rómpemela hujeputa!!!
No era dueña de mí, los años de mal sexo controlaban mi cuerpo, gritaba como una desesperada, tanto así que los vecinos habitación empezaron a pegarle a la pared, para que los dejáramos dormir, por eso no nos importaba, seguimos habiéndolo cada vez más duro mientras yo gritaba no sé qué cosas porque de la arrechera que tenía no sabía ni lo que decía.
De un momento a otro Sebastián me dijo que ya se venía, yo le dije:
-la quiero toda en mi boca!
De una me la puso en la boca y empecé a mamárselo, cuando sentí como se llenaba mi boca de su semen caliente, el gritaba de placer y yo con mi otra mano me masturbaba; cuando termino de venirse me lo saco y me bajé el semen sin pensarlo dos veces, al instante empecé a gritar como loca
-me vengo hijueputaaaaa
Sebastián me bajo hasta la chocha y me daba lengua, sentía que me iba a estallar, de un momento a otro no pude más y con mis manos presioné su cabeza contra mi chocha, empecé a temblar, cuando de un momento a otro la magia apareció: ME VINE EN SQUIRT, este hombre no lo podía creer, con sus manos estiradas me apretaba los pezones mientras me decía:
-así perra hijueputa, lávame toda la cara, dámela toda!
Los dos estábamos extasiados, descansamos un rato mientras nos besábamos, yo quería seguir culiando, no quería parar, duramos haciéndolo hasta las 10 de la mañana, solo parábamos para tomarnos un traguito.
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