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Vargas El de Las "Guevas" Largas

  • por Kandu
  • 11 feb 2016
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 18 dic 2024


Vargas había llegado al barrio hacia unos cinco años atrás, para mí era como cualquier vecino, nos saludábamos en la tienda o en las aceras del barrio, diría que llevamos una relación de vecinos común y corriente, que con el tiempo se hizo más cercana, y entre charla y charla descubrimos que éramos amantes de la pornografía.

Compartíamos todo tipo de material por WhatsApp, pero cuando estábamos frente a frente poco hablamos del tema y solo nos dedicábamos a hablar de cualquier cosa.

Un día estaba esperando el bus en el paradero cuando paso Vargas en su carro, paro bajo la ventana y me dijo:

-vecina la llevo?

-que ruta llevas, le respondí.

-voy hasta el aeropuerto.

Me quedaba de perlas porque yo trabajaba en un banco cercano al aeropuerto.

Al subirme al carro, note que llevaba su celular conectado al radio, mientras se reproducían videos musicales, la conversación durante todo el camino fue amena, hablamos de los vecinos, la situación del país, que esto y que lo otro.

Todo iba de maravilla hasta que de un momento a otro, dentro de la lista de reproducción de los videos se coló uno de porno, y como el volumen del radio estaba algo alto, los gemidos los escucharon los motociclistas que estaban al lado de carro esperando a que cambiara el semáforo… Vargas como pudo logro cambiar de video y el momento bochornoso paso a ser gracioso por la risa que me dio al verlo culequiar tratando de desconectar el celular.

Al arrancar note que Vargas estaba apenado y trate de romper el hielo preguntándole:

-normalmente vas al trabajo viendo videos de porno?

Se echó a reír y me contesto que eran unos videos que le habían enviado por WhatsApp y había olvidado bórralos.

Así quedo el tema del video, y llegado al aeropuerto me invito a almorzar para de alguna manera compensarme por la pena que habíamos pasado en el semáforo.

Antes de medio me llamo para confirmar la cita, me recogió y almorzamos en uno de los restaurantes del aeropuerto, después me invito a su oficina tintiar mientras llegaba la hora de entrar al banco, como aun me quedaba tiempo accedí.

Ya en su oficina estábamos hablando cuando de repente entro un mensaje de WhatsApp a mi celular, se trataba de una amiga que me envió un video al parecer tierno, pero cuando lo descargue lo que se reprodujo fue un video porno de una vieja que enculaba un negro.

Vargas se rio y me dijo:

-Veo que no eres la única que ve porno en el trabajo

Saco su celular y empezó a enviarme los videos que le habían enviado en la mañana, el estaba sentado contra su escritorio y yo en el sofá que había contra la pared, desde el sofá note como se le empezó a marcar la verga a Vargas, me hice la loca y seguí viendo los videos que me estaba enviando, mientras lo hacíamos ninguno hacia comentario alguno.

De un momento a otro se sentó a mi lado y me dijo:

-Este que te voy a pasar es mi favorito

Era de una nena teniendo sexo en la oficina, al verlo sentí que mis pezones se ponían duritos, y los gemidos del video me hacían poner las orejas calientes.

En ese momento Vargas dijo:

-ese video es una de mis fantasías

Al escucharlo, no se por qué putas dije:

-y por qué no la cumplimos ahora?

No había terminado de decirlo cuando sentí los labios de Vargas en mi cuello, me hizo erizar de una forma especial, de un momento a otro sentí que estaba subiendo mi falda mientras que con su cabeza buscaba la entrada de mi cuca, me sentí muy puta haciéndolo, y guiándolo, porque sabía que lo que venía era el sexo oral que tanto me gusta.

En menos de lo que canta un gallo estaba abierta de piernas en ese sofá, mientras veía como Vargas me daba lengua, me hizo tan rápido y tan rico que no dure mucho en venirme, me senté me acomode la falda, me hice una moña con el cabello, y le dije a Vargas:

-sácalo mi vida que te voy a dar la mejor mamada de tu vida.

Al sacarlo del pantalón vi que lo tenía como a mí me gusta, más o menos de 19 cm y medianamente grueso, bajo su bóxer un poco para sacarlo todo cuando n ese momento parecieron también una guevas muy bien formadas, grandes y duras, le bese el cuello de la verga para llegar al final a trapearle las guevas que no me cabían en la boca por más que lo intentaba, estaba encantada y mientras se lo mamaba deseaba estar sentada encima de él, pero era algo muy osado, además que cuando estoy muy excitada soy demasiado bullosa, así que continúe mamándoselo, me cogía la cabeza y me lo metía todo, sentía como me llegaba hasta la garganta, y aun así no entraba todo.

Lo masturbe con las dos manos, sentía esa verga dura, caliente y venosa, con ese deseo incontrolable de abrirle las piernas y que me la metiera hasta el fondo, pero por mas perra que me sintiera, no lo podía permitir.

Escuche cuando me dijo:

-Viviana me vengo

Me apresure a meterme la verga a la boca para que se viniera dentro de mí, me encanta que los hombres lo hagan, la sensación del chorro de semen caliente en mi boca es indescriptible, como la de sentir cuando se estremecen.

Después de venirse, se lo guardo, yo me arregle, mire el reloj, y antes de despedirme le dije:

-papacito, tengo que irme porque se me va a hacer tarde, pero por que no me invitas a moteliar y terminamos este asuntico que tenemos pendiente.

Esa tarde en el banco, sentía el aroma de su verga impregnado en mi blusa, recordaba esa verga hermosa que por tanto tiempo había estado oculta, fantaseaba con las poses que le iba a hacer esa noche cuando nos encontráramos para que me calmara la arrechera que aun tenia viva.


 
 
 

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